Nació en Brody, Galitzia, provincial del imperio austrohúngaro, el 29 de septiembre de 1894, y murió en el hospital Necker de París en mayo de 1939. Alcohólico incurable, alcanzó los 45 años representando más de sesenta. Le repugnaban la estupidez y la falsedad. Amaba el idioma alemán y veneraba la memoria del imperio perdido. Católico y partidario de la realeza austríaca, hablaba francés con notable perfección. Había sido el gran cronista del Frankfurter Zeitung, el periodic más prestigiado en la Europa de los años veinte. Un judío desarraigado, melancólico, cuya passion era la literature. Fue un excelente narrador, uno de los mejores novelistas en alemán del siglo pasado. Entre sus libros: Hotel Savoy, Fuga sin fin, La marcha de Radetzky, la noche mil dos, La leyenda del santo bebedor.
El lector tiene en las manos la novela más judía de la literatura alemana. Su autor, Joseph Roth, pertenece a un linaje muy antiguo de narradores judíos orientales, cuyo idioma de escritura era el yídish. Se dice que un judío sólo es capaz de vivir con Dios o contra Dios, pero es incapaz de vivir […]