La lectura y la sospecha. Ensayos sobre creatividad y vida intelectual

Armando González Torres

Es un conjunto de ensayos misceláneos sobre inspiración y vida intelectual que hace un acopio de interrogaciones sobre el acto creativo. El abanico de asuntos puede parecer un tanto extenso y disperso, sin embargo, en el mundo de la creación, la necesidad y la contingencia, lo espiritual y lo material se reúnen de maneras insospechadas.

Una obra puede ser producto tanto de un milagro de la voluntad del artista como de un subsidio, y un prestigio artístico puede ser absolutamente merecido por razones estéticas o, bien, inducido por motivos políticos o mercadotécnicos. La idea de esta recopilación de ensayos es sugerir que la vida creativa e intelectual es una prolongación de la vida espiritual, pero que también está indisolublemente ligada al entorno material, a los incentivos institucionales y a los usos y costumbres de las comunidades artísticas.

Fragmentos ilustrativos

«La mayoría de nuestros escritores (sobre todo los narradores) tienen una muy buena digestión creativa y publican libros con una pasmosa frecuencia. Bueno para su salud personal, malo para la literatura.»

«Pensó entonces que un texto no es bueno o malo en sí mismo, sino que adquiere valor por la firma que lo encabeza; es decir, un texto literario no es un texto, sino una forma prestigiosa de circulación que irradia su carisma al lector o, mejor dicho, al consumidor.»

«La autoría se celebra cuando, desde diversos frentes, es sometida a debate.»

«Decirle a alguien que es culto no siempre resulta un halago: en determinados ámbitos profesionales y académicos, una persona cuya curiosidad y aficiones rebasan las fronteras de su especialización, más bien genera sospecha.»

«No se puede crear un país de lectores, ni se puede crear mágicamente un público masivo ávido de espectáculos culturales. Estas aspiraciones, siempre presentes en la retórica, no dependen sólo de una política cultural sino de niveles mínimos de ingreso, buena oferta educativa y formas concretas de integración social.»

«Para triunfar no importa que te lean, sino que te identifiquen.»

«El flujo creativo es una actividad que, a pesar de que pueda tener alguna utilidad o rentabilidad, resulta en principio ajena a fines pragmáticos y se realiza por el mero placer de generar o descubrir, por una sensación primigenia de interés y disfrute.»

«El sabio enseña con prescripciones simples, conoce la imperfección humana y no esgrime exigencias desmesuradas. El iluminado aspira a la totalidad y suele tener una vida tan intensa como desequilibrada.»

«La historia paralela de la literatura abunda en anécdotas que pretenden agregar a la sustancia de la obra el propio prodigio de su supervivencia.»

«Un individuo apacible y sensato era lo antagónico al creador, quien requería vivir, con la mayor velocidad e intensidad, experiencias abismales, sufrimientos y placeres indelebles.»

«La función del lector formado en la sospecha no es gozar, sino escudriñar y delatar y, por ejemplo, el texto, más que un espacio de recreación, se vuelve un documento forense a investigar.»

«El gran editor no trabaja fuera del mercado, pero no se rinde al mercado; ofrece una alternativa contra el creciente fenómeno de uniformidad y banalización y una resistencia activa y gozosa a las nuevas, tan pueriles como siniestras, apologías de la barbarie.»