Cuba sin ti. Memorias del olvido

Rubén Cortés

En los tres libros que integran Cuba sin ti. Memorias del olvido vibra un pensamiento de José Martí: “Yo no sé qué misterio de ternura tiene esa dulcísima palabra: cubano”. Es el ajuste de cuentas de un hijo de la Revolución cubana con el proceso político más radical que tuvo lugar en el siglo xx americano, y con el sistema totalitario de capitalismo de Estado en el que éste derivó, eximiendo a la isla de la libertad individual y de empresa, de la concordia entre sus habitantes.

Es un libro que puede ser leído como una historia mínima de la suerte singular de Cuba, siempre fuera de proporción con su pequeño tamaño geográfico, pues cuando Colón difundió en España el Nuevo Mundo, era Cuba lo que describía. Por su posición en el centro del continente, se convirtió en el lugar donde anclaba el poder de la metrópoli en el Nuevo Mundo y desde donde se dispersaban las ideas de la ilustración y de la modernidad hacia el resto de los países de la región.

Fragmentos ilustrativos

«En la Cuba comunista las cosas eran como eran y no como habrían debido ser.»

«Mi padre no entendía que, a pesar del amor, los pueblos deben ser libres.»

«Así que los cubanos como yo, nacidos tras la victoria de la Revolución pero cuyos padres se habían formado culturalmente en la época republicana, tuvimos que vivir acaballados en la rara mezcla de naturalidad y conservadurismo sexual que regían en casa, y la lujuria que galopaba fuera de ella.»

«El florecimiento de Cuba comunista desapareció como suelen hacerlo los espejismos del dinero ajeno: de un día para otro. Porque el amparo del campo socialista se acabó con el Muro de Berlín.»

«Cuba resultaba, tras 50 años de socialismo, un país dirigido por un grupo de hombres longevos resistido a confiar la estafeta a las nuevas generaciones.»

«Había tres oleadas de exilio cubano: una primera que huyó de la Revolución, una segunda que entendió que Fidel Castro le robó la Revolución y una última que básicamente quería mejores trabajos, ropa y automóviles.»

«Resultaba indiscutible que, cuando los primeros cubanos llegaron, Miami era apenas un balneario en el que se asoleaban judíos jubilados y que, con los años, lo convirtieron en una urbe internacional.»

«Hacer en Miami lo que siempre rehuyeron hacer en su país caracterizó a muchos cubanos cuya infancia y juventud habían transcurrido bajo el régimen paternalista de Fidel Castro.»

«Con la generación de mi padre murió el tiempo perdido de Cuba en que los hijos se parecían a sus padres, engendrados por una simiente de cuatrocientos años con la que los descendientes envejecíamos como el retrato de nuestros mayores.»

«La estética corporal de los cubanos siguió siendo, de todas formas, de las más atractivas entre todas las nacionalidades del mundo, de lo cual tenían conciencia desde que nacían y les permitía exponerse sin inhibiciones, satisfechos de sí mismos en el aspecto físico.»

«El problema de Cuba es que desde que la descubrió Colón ha desplegado una gran energía, pero nunca se ha preguntado, como nación, qué sentido tiene su existencia.»

«Terminé siendo más ceremonioso que efusivo, que quiere decir que terminé siendo más mexicano que cubano.»

«México me dio la oportunidad de asumir un compromiso personal con la democracia, la libertad y promoción humana, lo cual es imposible de lograr con decretos o votaciones, sino a través del respeto y la administración civilizada de los desacuerdos. Y eso no tiene más que un nombre: tolerancia.»

«Cuba quedó apenas como el lugar donde yo había visto vivos a mis primeros muertos y, en mis aspiraciones, como el lugar donde ya no quería que murieran más de mis seres vivos.»