La prodigiosa vida del libro en papel. Leer y escribir en la modernidad digital

Juan Domingo Argüelles

Desde que, en 1995, Nicholas Negroponte, profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets, profetizó la inminente muerte del libro en papel (¡en su libro en papel Ser digital!), no han ce- sado los augurios sobre el n de la era del libro en su soporte tradicional, y, sin embargo, las grandes, medianas y pequeñas editoriales siguen publicando libros en papel, porque quienes son ávidos lectores practican el ejercicio de leer, preferentemente, en este soporte.

Leen libros, en papel y en pantalla, los lectores irredentos, y no los leen, ni en uno ni en otro so- porte, quienes sólo se dedican a picar migajas y fragmentos en internet, y quienes creen, además, que información e hiperconexión equivalen a formación educativa y cultural. Somos los seres humanos los que creamos el universo simbólico y no a la inversa, es decir no son los símbolos los que nos crean a nosotros, y por ello seremos siempre los seres humanos los que vayamos transformando ese mundo simbólico de acuerdo con nuestras necesidades y nuestras exigencias.

Fragmentos ilustrativos

«Un día el libro fue piedra o tablilla de arcilla, luego fue papiro y pergamino, después papel y ahora pantalla. Después, quién sabe qué será.»

«Para quien ya conoció los libros y se prendó de ellos, vivir sin libros es una existencia muy poco interesante.»

«Cuando ya hemos disfrutado de algo, vivir sin ello es posible, pero no recomendable.»

«Un libro es un universo completo que exige toda nuestra disposición intelectual y emocional y no, únicamente, nuestra recepción pasiva.»

«El libro únicamente revela lo que es cuando se le conoce, y se le comprende, en su totalidad irrem- plazable.»

«Ni el libro en papel está en peligro de muerte ni los dispositivos digitales (por excelentes que sean) han conseguido desplazar la lectura del libro tradicional.»

«Ningún auténtico lector ha renunciado jamás a la lectura, pues quien renuncia a ella es porque jamás fue realmente lector.»

«Hay dos malentendidos en la promoción y el fomento de la lectura con los cuales hay que acabar de una vez para siempre: que “lectura” equivale a literatura y que “libro” equivale a papel.»

«Cabe señalar que lo importante de la lectura no reside en las formas o soportes en que se encuen- tra la expresión, sino en la solidez de los contenidos y en lo que hacemos con ella.»

«Uno de los mayores equívocos sobre las tecnologías digitales es pretender que internet es un sus- tituto del libro y, en general, de la cultura escrita, cuando en realidad es únicamente un medio, una herramienta y, en todo caso, un continente.»

«Ningún autor escribe para todos, aunque, quiméricamente, todos pudiesen leerlo.»

«La cultura, en general, y la cultura escrita, en particular, no tienen nada que lamentar y sí mucho que celebrar con el advenimiento de las tecnologías digitales.»