Contra el autoritarismo

José Woldenberg

  • ISBN: 978-607-8564-35-4
  • Precio aproximado: $200.00
  • Presentación: Impreso e ebook
  • Número de páginas: 128

En marzo de 2019 entregué a la editorial Cal y arena un conjunto de textos que se convirtieron en un libro: En defensa de la democracia. Era fruto de la preocupación por el rumbo que tomaba, sobre todo en materia política, el actual gobierno. El lento, complicado y difícil proceso democratizador del país no era reconocido ni valorado por la presente administración, y empezaban a aparecer desplantes que no anunciaban nada bueno.

Dos años después, también en marzo, pero ahora de 2021, vuelvo a entregarle a Cal y arena una serie de materiales que por desgracia confirman que lo que varias generaciones edificaron en materia democrática puede no sólo reblandecerse, sino incluso desaparecer, porque el presidente no comprende ni valora la legalidad a la que debe someterse, no asimila que encabeza al poder constitucional más importante, pero que no es la única voluntad que está presente en el escenario y que ha convertido en una triste costumbre la descalificación automática de cualquier juicio contrario al suyo, sea de los medios, las organizaciones civiles, los partidos o las otras instituciones estatales.

Fragmentos ilustrativos

«El gobierno actual es fruto de una potente ola de desafecto con la vida política que lo antecedió y de la promesa, convertida en ilusión, de que las “cosas” cambiarían.»

«Las promesas incumplidas de las democracias parecen estar generando el caldo de cultivo propicio para “sacudir el tablero” y están volviendo atractivas opciones que hace apenas unos años parecían “peligrosas o absurdas”.»

«Digamos que es natural que cualquier fuerza intente colocar a personas cercanas en los distintos cargos públicos, lo nuevo, sin embargo, es que el gobierno actual lo esté haciendo vulnerando la ley o pretendiendo legislar para allanar el camino.»

«Se está forzando la máquina, vulnerando el correcto sentido de las normas, en la búsqueda de unas instituciones estatales alineadas a la voluntad presidencial.»

«Ojalá todos (gobiernos, partidos, organizaciones sociales, etcétera) pudiéramos coincidir en una tarea común: fortalecer la República democrática, representativa, federal y laica. Y ojalá esa definición estratégica, que a todos cobija, no sea vulnerada desde el gobierno.»

«Luego de las crudas y terroríficas experiencias del siglo XX y de las que están en curso, debería ser compartida la convicción de que el poder político –por más noble que parezca– requiere ser regulado, equilibrado y vigilado. Ello, porque el poder concentrado, discrecional, libre de ataduras, suele incurrir y ha incurrido en todo tipo de excesos, negándole derechos a quienes disienten de él y en el extremo desatando persecuciones e incluso masacres.»

«La idea fundamental de AMLO, si mal no entiendo, es establecer con claridad dos bandos y, una vez que están configurados, “la línea editorial” debe apoyar a los buenos contra los malos. ¿Y quién define la línea editorial?: él.»

«Lo que dice todos los días el presidente es la forma en que piensa e imagina la realidad. No simplifica, él es elemental. No evade artificialmente la complejidad, filtra la realidad en un esquema maniqueo de buenos contra malos.»

«México requiere, sin duda, atender la “cuestión social” porque sin ello seguiremos siendo un archipiélago de clases, grupos y pandillas con escasa “cohesión social”, un universo de desencuentros mayúsculos.»

«México es su pluralidad y en ella radica su riqueza. Saber vivir y convivir con ella debería ser la primera cualidad de un dirigente democrático.»