La quiebra de Europa. Una crisis cultural

Beatriz Martínez de Murguía

La hora de señalar la enésima crisis del proyecto más avanzado de convivencia civilizada en las tierras de nuestros mayores, ese Viejo continente que nos hizo suyos en un movimiento que aún hace rechinar los dientes, ocurre en un mundo aún más complejo y delicado donde las opciones parecen revivir los peores presagios de la hora más caliente de la Guerra fría.

Por eso resulta urgente tratar de entender no sólo qué se juega en Europa sino en qué consiste su realidad problemática.

Tal es el empeño de este libro cuya claridad y objetividad corre pareja con un optimismo racional.

Opiniones

«Narrado con una sabia sobriedad más eficaz que cualquier retórica con pretensiones artísticas.»
—Fernando Savater, El país

«Beatriz Martínez de Murguía construye sus variaciones y, a la manera de las Goldberg, crea un microcosmos.» —El imparcial España

«Los verdaderos libros, escribió un conocido autor, son hijos del silencio. Estos hablan de lo único que ha importado en la historia: el ser humano, el peso de su destino y de todas las preguntas sin respuesta. Son los íntimos diálogos con ellos mismos en busca de inexistentes respuestas. Las descripciones de lo cotidiano se limitan a marcar la singularidad de cada libro, el aquí y el ahora de los mundos reales e imaginarios del autor. El libro de Beatriz Martínez de Murguía pertenece a esta noble estirpe.»
—El imparcial España

Fragmentos ilustrativos

«No existen soluciones fáciles para un complejo laberinto europeo.»

«Si los dirigentes europeos de ahora son muestra de la crisis moral y cultural que aqueja al continente, también la personalidad política de los primeros dirigentes de la postguerra fueron muestra de la voluntad de entenderse por encima de las reyertas pasadas.»

«Reducir el nacimiento de esa nueva Europa a un proyecto de Estados Unidos para contrarrestar el dominio de la Unión Soviética en la Europa del Este, tal como afirman algunas interpretaciones, es reducir la historia a una caricatura.»

«Años después, para los países periféricos, como España, Portugal, Irlanda o Grecia, su incorporación a la unión de naciones europeas significaría no sólo imaginar una prosperidad cierta sino también, y sobre todo, dejar atrás rezagos y lacras de siglos.»

«Europa sigue siendo, para muchos de sus ciudadanos, sólo un concepto geográfico y no político ni mucho menos cultural.»

«Europa ya es más un lugar que una idea.»