Aprende a amar el plástico

Carlos Velázquez

  • ISBN: 978-607-8564-16-3
  • Precio aproximado: $220.00
  • Presentación: Impreso e ebook
  • Número de páginas: 176
  • Libro electrónico: Disponible

En sus crónicas, Carlos Velázquez no concede, no utiliza los lugares comunes y el exceso de adjetivos en la crítica musical. Puede hacer pedazos a bandas o personajes icónicos sin piedad, pero siempre con argumentos. Y cuando se trata de sublimar sus experiencias musicales, ya sea pop, rock o música norteña es capaz de conmover al más descorazonado lector.

Ya sea desde la “tranquilidad” de la vida cotidiana como desde las situaciones de violencia por las que transita a veces —en su entorno y en su cabeza— Carlos está siempre registrando lo que sucede mientras narra mentalmente lo que le urge escribir.

No sé si algún día muera por alcohol o por drogas, lo que sé de cierto es que sin escribir y sin música, ya estaría muerto.

—Mariana H.

Fragmentos ilustrativos

«Sé que nadie me quiere por cabrón. Pero soy un cabrón sensible.»

«Sufro de un mal extremo, soy incapaz de negarme a acudir a un téibol.»

«Ojalá el amor durara tanto como un concierto de The Cure. A partir de esa experiencia sólo cuento con una certeza: no quiero volver a escuchar una puta canción de The Cure en mi vida.»

«Y me comencé a sentir solo. Solo contra el mundo. Solo contra ella. Y cuando me siento así, recurro a una figura. Sí, adivinaron. El díler.»

«La Ciudad de México es un monstruo que se caga en ti: en tu tiempo, tu salud, tu dinero, tu paciencia. Te roba, te roba, te roba, no se cansa nunca de robarte, pero en ocasiones retribuye.»

«Una nación de ojos rojos. Eso somos. México lindo y qué ritmo.»

«Para mucha gente Tepito podrá representar un infierno. Pero para el adicto es un paraíso.»

«Tepito no discrimina. Si tienes cuarenta pesos está dispuesto a quedarse con ellos. Y a darte un buen trato a cambio.»

«La violencia en Tepito existe, pero, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país, está controlada. Y se ejerce específicamente.»

«Durante mi adolescencia la pobreza me distrajo lo suficiente para pensar en cómo se configura un look. Sin embargo, el rock me otorgó una identidad.»

«Los adictos somos seres cándidos. Siempre pensamos que la cantidad de droga que portamos será suficiente y nunca lo es.»

«Existe gente que se siente segura cargando una navaja, otros con un escapulario alrededor del cuello y aquellos como yo que pueden salir al mundo sin llaves y sin cartera pero no sin estupefacientes.»