El pericazo sarniento. (Selfie con cocaína)

Carlos Velázquez

El pericazo sarniento es un ensayo personal, el relato sin contemplaciones de un adicto a la cocaína. Carlos Velázquez ha logrado contar su paso por el infierno con una prosa dura, directa. La mente del adicto es un misterio y Velázquez emprende ese viaje al fondo de la noche y él regresa con este poderoso libro de memorias.

La droga es un paraíso artificial y un infierno real, ese reloj que marca la hora del placer cuando la coca entra al cuerpo, la desesperación por la ausencia de la grapa, la ansiedad de un nuevo pase, la aventura de la compra en barrios donde el adicto se juega la vida. No hay ironía sin melancolía, este es el péndulo en el que oscilan estas páginas magnéticas.

Escritor de tonos altos y diversos registros prosísticos, Velázquez cuenta también el día en que Torreón se convirtió en la ciudad más violenta de México, la noche en que Los Zetas entraron a sangre y fuego para pelear ese territorio que le pertenecía a los socios del Chapo Guzmán. El pericazo sarniento es también el relato crudo de la Guerra del Narco en el Norte de México.

Un escritor no debe detenerse ante ningún tema, su vocación última es el riesgo emocional. Así ejerce su libertad Velázquez en este relato único en nuestras letras: traer del más allá una muestra de las regiones oscuras de uno mismo, pero también un trozo de la vida misma.

—Rafael Pérez Gay

Opiniones

Sergio González Rodríguez: «Después de Carlos Velázquez, la literatura del norte hacia el futuro ha comenzado a ser otra cosa.»

«The Cowboy Bible will challenge readers to push beyond cultural stereotypes and rethink everything they know about northern Mexico and their homes.»
—NBC News

“Playful and clever, inventive but familiar, this brief book is deeply satisfying, and warrants multiple readings.… In her translation, Obejas superbly amplifies Velázquez’s style.”
Publishers Weekly Pick of the Week

Fragmentos ilustrativos

«La cocaína llegó a mi vida como la zapatilla al pie de Cenicienta.»

«Sin las drogas no sólo no me hubiera dedicado a escribir, sino que jamás me habría sentido un ser humano.»

«Si algo tiene el infierno es que siempre está dispuesto a rescatarte.»

«Cuando mi padre nos abandonó entendí el mensaje: educate a ti mismo. Y yo elegí la senda del adicto.»

«Que no se culpe a nadie de mi gusto por las drogas. Estaba escrito en una canción.»

«Nada es tan inhumano como sembrar la semilla de la esperanza.»

«No pretendo ser víctima de mi propia exageración, pero corrí con la suerte de nacer en el barrio indicado.»

«No recuerdo mi primer beso, pero no he olvidado la primera vez que compré droga.»

«Desde que mi madre me administró el primer Mejoralito, sabor naranja, me condenó al mundo químico.»

«No existe un manual para ganarte la confianza de un díler.»